El silencio, tan poco valorado y tantas veces proclamado. El
silencio, único capaz de apaciguar ansiedades y respirar calmo cuando tus lágrimas brotan. De escuchar todos tus lamentos y tus súplicas, de solventar tus dudas. El
silencio, único capaz de llenar vacíos y completar conversaciones inacabadas.
Y mientras el ruido nos aleja de ti, apreciado silencio,
esperas sereno el momento oportuno. El silencio, tan necesario. Plácido lugar
siempre vacante. Grato lugar donde cobijarse.
SML
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