miércoles, 30 de diciembre de 2015

Love yourself


No importaba lo que hubiera soñado, se levantaba sonriendo. No saltaba de la cama, pero bailaba y cantaba como una loca en la ducha que seguía al desayuno. De su armario cogía energía, buen humor y esa inocencia e ilusión que la caracterizaban. Salía rompedora y decidida. Con paso firme, y dejando huella. Ella era todo lo que nadie se esperaba, todo lo que ella misma deseaba ser. No necesitaba más que amor propio para ser feliz, porque sabía que ninguna otra persona sería capaz de aportarle lo que ella misma se daba. 
SML
Fijando su mirada en unos cautivantes ojos, sin decir nada, se lo dijeron todo.

SML

jueves, 24 de diciembre de 2015

Pequeños instantes de felicidad



No son fácilmente visibles los grandes momentos, son más bien pequeños detalles altamente influenciables. Esas palabras, acciones, gestos… que llenan el alma. Un cruce de miradas que provoca una sonrisa. Carcajadas compartidas. Dar las gracias y pedir perdón. Jugar, disfrutar, sentir la ilusión y la inocencia de un peque. Ayudar. Regalar. Compartir. Abrazar tan fuerte que por un segundo notes que te quedas sin aliento. Besar. Bailar. Cantar. Hablar durante horas. Escuchar. Calentar unas manos frías. Soñar. Ser sincero. Amar. Un café caliente en invierno. Manta, peli y compañía una tarde lluviosa. El parque en primavera. Un mensaje inesperado. Un reencuentro y un encuentro casual. Una larga caminata. Buena música. Todo ello y más, mis pequeños instantes de felicidad.
SML

domingo, 13 de diciembre de 2015

Comencemos lentamente, terminemos sin aliento

Esperaba impaciente, inquieta, nerviosa. Sus ganas aumentaban por segundo. Y entonces, el timbre. Corazón latiendo a 130 pulsaciones por minuto y subiendo. Fuerte presión sanguínea. Únicamente vestía una bata, corta; y un refinado y sexy tanga negro de encaje. Se colocó el pelo, alocado y sensual, y abrió la puerta con una sonrisa pícara. Ahí, de pie, esperando estaba él. Después de un hola, ambos se fundieron en un cálido y ardiente beso. El beso. Ese que ponía al descubierto las ganas que se tenían, el apetito voraz del que eran esclavos.

Dos velas alumbraban la habitación en la que ambos respiraban profundamente. La ropa sobraba. No hacía frío allí. Ella desabotonó su camisa, delicadamente, y acarició sus brazos. Se miraban, ya despojados de cualquier prenda, tocándose sutilmente. No había lugar para las palabras. Querían jugar, jugar a ser traviesos. Disfrutar. Eran dos cuerpos en una sola cama. Comenzaron lentamente, terminaron sin aliento. 
SML



Las grandes oportunidades para ayudar a los demás rara vez vienen, pero las pequeñas nos rodean todos los días.

Sally Koch

sábado, 12 de diciembre de 2015

En un preciso instante

Su respiración era lenta y profunda. Su latir, acelerado. Una gota de sudor recorría su frente; y sus cuerpos, húmedos, se juntaban delicadamente, como si de un sutil tesoro se tratase. Él deslizaba un dedo por su espalda. Toda ella erizada. Todo él sediento. Sus labios se tocaban, dulce y apasionadamente, como el compás de una melodía.  Tal y como lo hicieron por primera vez; esa vez en la que el destino encontró el momento de cruzar sus caminos, de fundir sus miradas en una. En tan solo un preciso instante.
SML