Que a buen entendedor, pocas palabras le bastan para saber
que somos personas, que somos humanos y pecamos. Pecamos por pecar o sin saber
que hemos pecado, pero más cierto que el “quien tiene boca, se equivoca” no
existió jamás. Que si te dieras cuenta, no existe mayor ciego que el que no
quiere mirar.
SML
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