Es difícil
ofrecer una definición de amistad completa. Aún más, construir tu propia
definición. Determinar tus experiencias y vivencias en palabras. Pero, es
necesario integrarlo todo como parte de ti.
La amistad,
tal y como la concibo, es sinceridad, confianza, intimidad, alegría y tristeza;
es compañía, compañerismo, afecto, consuelo y respeto; es agrado y
entendimiento, simpatía, empatía y preocupación.
Puedo decir
que la amistad para mí es cuando ante vosotros se presente esa, o esas personas
que alumbran el camino apropiado para recorrer. Esas a las que el “término”
amigo o amiga se queda corto. Ellos que saben cuándo tu suspiro es de cansancio
o es de emoción. Que dedican cada segundo a alegrar tus malos días. Que
comparten hasta el último trozo de su pan para que no pases hambre. Cuando ante
vosotros se os presente la ocasión de veros reflejados, como si de un espejismo
se tratase.
Si eso
ocurre, abrid los brazos y sonreíd. Abrid los brazos para recibirlo como se
debe. Y regadlo, cada día. Y mimadlo, mucho. Y si se aleja de vosotros, no
esperéis a que se marchite para reaccionar. Que los kilómetros no definen lo
que dos, tres o cuatro personas pueden tener. Los kilómetros son solo eso,
kilómetros. Y el sentimiento, los recuerdos, la amistad, y todo lo que hizo que
seamos quienes hoy día somos va a permanecer, por siempre.
La amistad,
como sinónimo de amor, en su estado puro es incondicional; es decir, los
verdaderos amigos permanecen a través del tiempo.
SML
No hay comentarios:
Publicar un comentario