La educación escolar tradicional
ha recibido muchas críticas a lo largo de los años. Para empezar, se debería
hacer especial hincapié en la diferencia existente entre escuela y educación. La escuela
en España, y actualmente, es el plan de estudios y los profesores quienes
deciden lo que los niños tienen que aprender, cómo, cuándo, con quién... En la
escuela se imparte la educación por medio de libros de texto, obligaciones,
materias, horarios, etc. Aunque la escuela debe ser un medio para la educación,
un lugar donde eduquen e inculquen valores para hacer del ser humano una
persona mejor, principalmente está centrada en transmitir conocimientos
técnicos/teóricos para crear trabajadores, o “productos”. Sin embargo, cuando
hablamos de educación aludimos a una palabra mucho más amplia. La educación se
da en muchos ámbitos de la vida de una persona, entre ellos, en casa; por todo
ello, la educación proviene principalmente de las familias e incluso del entorno
social que nos rodea.
El construccionismo propuesto por Papert
podría parecer para algunos una idea descabellada, pero ¿no es esto lo que
habríamos querido para nosotros mismos? El construccionismo defiende la idea de
la necesidad de que sean los niños quienes descubran el conocimiento, aunque
sin dejar atrás el papel de guía y respaldo que desempeñaría el profesor. Es
necesario experimentar, equivocarse, investigar, practicar… Podría ser éste, el
cambio que estamos esperando.
Podemos decir, que la escuela actual además de baja calidad es poco motivante.
Nos movemos en un contexto que busca “grandes genios” sin darnos cuentas que no
son mejores los que trabajan más estrictamente. Grandes inventos fueron “tontos
descubrimientos”, como por ejemplo, la máquina de coser. Elías Howe se rompía
la cabeza para resolver el problema del diseño de las agujas para máquinas de
coser, hasta que en un sueño vio a una tribu que le atacaba con lanzas. Howe
prestó especial atención al hecho de que las lanzas tenían ojos, lo que le
sirvió de inspiración para el actual diseño de las agujas.
¿Cuál es el objetivo del sistema
educativo? Sería muy
bonito decir que el objetivo es hacer de nosotros personas bien formadas moral,
social, teórica y prácticamente. Hacer de nosotros seres dignos que saben
convivir y disfrutar, que son felices con lo que hacen y se mueven por voluntad
propia para conocer más; pero no creo que sea en absoluto el objetivo que se persigue
hoy día. Esta pregunta me hizo
reflexionar mucho, y no he encontrado una respuesta apropiada para ella aún.
Actualmente y desde siempre, casi
de manera insospechable e “inconsciente” se ha educado a niños y niñas en una
sociedad sexista y estereotipada, desde los cuentos infantiles a los libros de
historia. La socialización de niños y niñas está claramente diferenciada desde
el nacimiento por los padres y madres, en el color de la ropa con la que se les
viste por ejemplo. Los juegos, conductas y habilidades van determinando los
estereotipos de géneros, que se van acentuando y diferenciando cada vez más a
medida que avanza la edad. Sin embargo, llegado un momento, si los niños
recibieron la educación adecuada, la flexibilidad de género se manifiesta y los
estereotipos disminuyen; aunque seguramente no llegarán a desaparecer nunca. Si
el objetivo final de la educación es el desarrollo integral de la persona,
todas las áreas de desarrollo de una persona deberían ser estimuladas; es
decir, todos los niños y niñas deberían de jugar a todo, evitando toda
discriminación posible y todo juguete sexista.
SML
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