Ni tres horas
habían pasado apenas. Un saludo cercano y una conversación agradable. No dio
tiempo a más, cuando sentí una nueva sensación que me invadía por completo.
Creo que estoy en lo cierto cuando afirmo que a él le pasó algo similar; pues
en ese momento, nació una extraña cordialidad. Como si de dos personas unidas a
un mismo hilo se tratase. Conectadas la una a la otra. Pero ambos sabíamos que
no era el momento ni el lugar. Él no estaba preparado y yo tampoco. Nos dimos
nombres y teléfonos, esperando volver a encontrarnos, quizás, otro día.
SML
No hay comentarios:
Publicar un comentario