Desconocía la razón por la que era incapaz de decirlo en voz
alta, pero sus labios me embelesaban. Mirarlos me hacía desearlos; pero apartar
la vista no podía. Y al tenerlos cerca, tan cerca a los míos que hasta llegaban
a tocarse... entonces, ahí, no existe principio ni final, no podía parar.
Desconocía la razón por la que era incapaz de decirlo en voz alta, pero soy
adicta a ellos.
SML
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