Las cosas nunca son lo que parecen. Quizá me veas sonreír, y
esté hundida. Quizá te evito la mirada, para que tú me la busques. Quizá pensé
que formaba parte de algo, y me dejaron en el camino. Quizá guardaba silencio,
para que oyeras mejor mi petición. Seguramente pensamos que éramos quienes no
somos, y llegamos a ser quienes creían que fuimos.
Las cosas, por complicadas que parezcan, son más simples de lo que aparentan; y no, nunca son lo que parecen.
SML
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