Ella era hermosa en todos los sentidos de la palabra. Era
elegante, delicada, gentil. Tenía un corazón que era un puzzle de infinitas
piezas; cada una de ellas amaba a una persona, un lugar, una palabra o un
pequeño momento.
No era perfecta, ni mucho menos; la perfección no es una
cualidad del ser humano. Pero era una maravillosa persona en un fantástico
lugar.
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